Hace siete meses que entró en vigencia la Ordenanza 1599 de la Municipalidad Metropolitana de Lima, que tiene el objetivo de garantizar las condiciones de calidad y seguridad del servicio de transporte público en la capital. Sin embargo, la realidad dice que algunos malos conductores hacen caso omiso a las disposiciones municipales. 

En un recorrido por las avenidas Garcilaso de la Vega, Tacna, Abancay y Nicolás de Piérola, El Comercio comprobó que son principalmente los conductores de taxis y taxis colectivos los mayores infractores. Ellos aprovechan la poca o nula presencia de los inspectores municipales de tránsito de la comuna limeña.

Por ejemplo, en el cruce de las avenidas Tacna y Nicolás de Piérola, se vio a choferes deteniendo sus automóviles en medio de la vía para recoger y dejar pasajeros. En tanto, en la Av. Abancay, muchos taxistas invadieron el carril exclusivo de los ómnibus para ese fin. La Ordenanza 1599 sanciona esas faltas consideradas graves con S/.740 (20% de una UIT).

La Gerencia de Transporte Urbano de la Municipalidad de Lima afirmó que son 120 los inspectores que se encuentran en dos turnos en el eje Garcilaso de la Vega-Tacna y la misma cantidad en las avenidas Abancay y Manco Cápac. Sin embargo, un inspector que prefirió no identificarse señaló que solo hay 15 inspectores en la avenida Tacna para ordenar el tránsito.

POCA FISCALIZACIÓN

Luis Quispe Candia, presidente de la ONG Luz Ámbar, sostuvo que la razón principal de este desafío a las normas municipales es la poca fiscalización a los malos transportistas. “El número de inspectores ha disminuido notablemente. Ya no es como los primeros días cuando se ordenó el tránsito en estas avenidas”, indicó el especialista.

Señaló también que el problema pasa por la mala educación de los pasajeros quienes suben a los vehículos en cualquier lugar.